jueves, 4 de agosto de 2011

Nacimiento y ocaso


                     Magníficos hayedos de la cordillera Cantábrica en León


He dejado pasar un tiempo prudencial desde las pasadas elecciones autonómicas, esperando rastrear un requien  por la desaparecida consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, que fue literalmente engullida por la macroconsejería de Fomento.

Ni los grupos ecologistas, ni las ONG y asociaciones naturalitas y sus publicaciones especializadas, ni los medios con la prensa local a la cabeza ni la sociedad en general ni tan siquiera en particular han dado muestra alguna ni a favor ni en contra el mutismo se adueñado de este hecho a hasta convertirlo en totalmente intrascendente para la sociedad.

La consejería de Medio Ambiente fue creada en el año 1991, un poco antes de que España despegase en un vuelo poderoso para unirse a las naciones mas ricas y prometedoras del planeta, vuelo que por circunstancias debidas al inicio de un gran cambio de ciclo y quizá de sistema económico se nos antoja próximo a una monumental caída.

Fue amueblada por sus gestores con la parte forestal de la consejería de Agricultura y con un minúsculo servicio de Medio Ambiente proveniente precisamente de la consejería de Fomento, con esos mimbres heterogéneos comenzó su andadura.

Quizás no sea el momento de analizar sus luces y sus sombras con detenimiento, pero los últimos años en que fue dirigida por Mª Jesús Ruiz, se abatió sobre ella un rosario de  denuncias, investigaciones desde Europa, procesos judiciales, proyectos revocados por los Tribunales, que mas que un rosario ha sido un vía crucis.

La extinta consejería no pudo ni supo zafarse de la zarpa del desarrollismo que nos inundó, manteniéndose neutral y fiel a sus principios medioambientales, no supo ni pudo hacer que los agentes promotores hicieran su trabajo y se impusieran ellos mismos, que demostraran fehacientemente la escasísima fuerza que el medio ambiente y la ecología tienen en estas tierras.

Tierras afortunadamente aún muy bien conservadas y diversas como el ejemplo del hayedo de la foto que encabeza el artículo, pero cuidado estamos despilfarrando la herencia ambiental que nos legaron nuestros abuelos, quiza un día nos arrepintamos cuando ya no haya remedio o sea demasiado caro

Su tiempo pasó  y estas líneas son las únicas que se han escrito sobre ella

1 comentario:

  1. Eduardo M. González6 de agosto de 2011, 14:25

    Hola.
    Comparto tus puntos de vista pero, en mi opinión, no hay ningun indicio que nos permita ser optimistas. De seguir así solo nos espera el caos ambiental y social. Las siguientes generaciones lo tendrán difícil por culpa de la nuestra.
    Saludos.
    Eduardo

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